El monumento a Patricio Peralta Ramos
El monumento a Patricio Peralta Ramos que pocos se detienen a contemplar es una obra que nos habla de nuestros inicios como ciudad, de la visión de un hombre solo, con catorce hijos, de un poblado y una pequeña iglesia.
por Costanza Addiechi
Me maravilla ver cómo analizando nuestras piezas escultóricas reconstruimos la historia de la ciudad y enhebrándolas rediseñamos el antiguo paseo costero. Una Mar del Plata que parece tan lejana pero a la que accedemos a través de estas obras que son testimonios únicos de los inicios del 1900.
Hoy nos encontramos para hablar del monumento al fundador de Mar del Plata, Don Patricio Peralta Ramos, un hombre que vio en esta tierra apenas poblada el desarrollo de una bella y pujante ciudad.
La historia de este monumento comienza el 27 de mayo de 1914 cuando el concejal Daniel A. Columba, presenta un proyecto de ordenanza para que se realice un homenaje escultórico al fundador.
En él se mencionaba el lugar de emplazamiento, que luego cambiaría, y la asignación de 20.000 pesos m/n para su realización. El proyecto prospera pero al llegar a consideración de la Comisión de Hacienda, ésta objeta el monto a afrontar dada la crítica situación financiera que atravesaba el municipio, por lo que sólo autoriza 4.000 pesos m/n para la tarea y propone que se complete el valor con una suscripción popular.
El 1 de Julio de ese año el intendente municipal, Florencio Martinez de Hoz, promulga la ordenanza y la comunica a la familia Peralta Ramos.Pero fue recién el 10 de febrero de 1921, 7 años después, en el 47º aniversario de la fundación que se inaugura la obra. Frente a una gran cantidad de autoridades y asistentes, se la emplaza delante del Bristol, en la plazoleta que llevaba el mismo nombre del fundador, a la altura de Rivadavia y el Boulevard Marítimo.
El monumento a Patricio Peralta Ramos no fue la excepción al movimiento que sufrieran las esculturas en la década del `40.
Fue un momento de cambio y transformación en Mar del Plata, la antigua Rambla Bristol se había demolido, el complejo Casino – Hotel Provincial estaba instalado, el diseño de los paseos había cambiado, la ruta 2 funcionaba llevando y trayendo turistas masivamente y las piezas escultóricas se habían retirado para dar lugar a otro modelo de ciudad.
El espacio que ocupaba nuestro fundador debía ser cedido a los nuevos requerimientos urbanísticos y es trasladado a la Plaza Colón para reinaugurarse el 25 de febrero de 1945 y permanecer hasta hoy.
Un monumento que pocos se detienen a contemplar, una obra que nos habla de nuestros inicios como ciudad, de la visión de un hombre solo con catorce hijos, de un poblado y una pequeña iglesia. Los invito a volver a mirarlo y apreciar en él el prólogo de la historia de la ciudad.