Mar del Plata: es feliz también en invierno
Caminar al amanecer por el bosque o la playa, recorrer los parques, visitar museos y aprovechar la gastronomía, claves en esta época en "La Perla del Atlántico”.
Para salir de las opciones tradicionales, la bella ciudad de Mar del Plata se prepara para ofrecerse generosamente en forma de vistas panorámicas marinas que te quitan el aire, el pintoresco puerto con su lobería, paseos por el bosque, recorrer los museos y elegir entre más de un centenar de opciones de espectáculos, gastronomía o centros comerciales.
Eso sí, el abrigo es indispensable, en especial para todas las actividades que se programen para aprovechar el aire libre y las horas del día.
La brisa marina trae a la nariz los olores típicos del mar, es antiestrés, pero también se hace sentir en la temperatura corporal.
Bosque Peralta Ramos: Rumbo al sur de la ciudad, la ruta regala paisajes marinos, urbanos y rurales cuyos contrastes hacen único a este paseo con innumerables vistas panorámicas.
En el itinerario costero, especialmente después del Faro se encuentran pequeñas playas rodeadas de vegetación al pie de acantilados. No se pueden evitar los altos en el camino.
Pero la promesa especial se encuentra en medio del bosque y apartada de la ciudad. La Casa del Té o Cabaña del Té te transporta a otro lugar, incluso a otro tiempo, que parece haberse detenido en este bosque.
La Rambla. Realizar una clásica caminata por la rambla permite admirar el esplendor de la Belle Epoque y los edificios majestuosos del entorno concebidos en una época gloriosa argentina.
También bajar hasta la playa y caminar sobre la arena puede ser equivalente a un gran gimnasio al aire libre y estimular el apetito para coronarlo con un gran desayuno.
Estar en Mar del Plata y no visitar su pintoresco puerto para almorzar al menos una vez, es imperdonable. La actividad pesquera se realiza todo el año, por lo que los restaurantes del puerto siempre tienen a disposición los peces y frutos de mar más frescos de la Argentina.
A modo de postre se pueden recorrer las instalaciones y si hay tiempo para extender el paseo es muy recomendable visitar la pequeña reserva de lobos marinos del lugar. Sobre todo si el plan se realiza con la familia.
Cuando el sol no termine de caer, despedir al día en la playa abrigados por el solcito de invierno, se convierte en un momento ideal para compartir unos ricos mates con deliciosos churros rellenos.
Siempre es un gran plan recorrer las principales zonas comerciales de la ciudad y encontrar laberínticos corredores gastronómicos.