La Venus de Milo y su camino desde París hasta Plaza Colón
En 1903 el reconocido arquitecto y paisajista Carlos Thays diseñó el paseo General Paz, que se extendía desde la zona de Rivadavia y la costa hasta el Torreón del Monje. En 1909 se inauguró la primera etapa de la Explanada Sur que continuaba al Torreón y que se prolongó, años más tarde, hasta Playa Grande. Este paseo costero fue ornamentado por obras escultóricas de gran valor artístico e histórico, la mayoría traídas de Europa, que hoy conviven entre nosotros y que aquí presentaremos.
Mirando hacia el mar y frente a la Plazoleta Brown encontramos esta reproducción en hierro fundido de la obra la “Venus de Milo”. Representa a Afrodita, diosa de la belleza, el amor y la reproducción en la mitología griega. Esta obra fue realizada en la Fundidora de Arte de Val D’Osne, la más importante del mundo ubicada en París.
En el siglo XIX en Francia se empezaron a ornamentar los parques y grandes jardines privados con reproducciones de obras clásicas de arte, farolas, copones, mástiles, bancos entre otros elementos en hierro fundido, material considerado hasta el momento sólo para la construcción. Nació entonces el arte industrial que se expandirá luego por todo el mundo.
Las ciudades querían decorar sus espacios públicos como los franceses y comienzan los pedidos desde las grandes capitales.
Val D’Osne se transformó en la fundidora más apreciada en el mundo y así llegaron sus obras a nuestro país.
En los años ’20 fue ubicada en el Paseo General Paz (a la altura de la calle Sarmiento y Boulevard Marítimo) frente a lo que hoy es el Hotel Hermitage. Ya por esos años habían comenzado a pintarla de color blanco para protegerla, seguramente, de la oxidación del material.