Villa Kelmis / Chateau Frontenac
La "Villa Kelmis", mas conocida como "Chateau Frontenac", esta ubicada en la esquina Norte de las calles Alvear y Moreno.
Construida en el 1905, para residencia de César Antonio Leloir Sáenz Valiente, fue proyectada por el arquitecto Alejandro Christophersen, con la intervención de Adan Gandolfi como constructor.
En 1917 la vivienda, originalmente de carácter pintoresquista, experimentó una transformación en su imagen adoptando rasgos de clara influencia española.
Este proyecto fue obra del arquitecto Alejandro Bustillo, con el ingeniero Alula Baldassarini en la construcción.
En la década de 1960 el edificio fue ampliado por el ingeniero Julio Barros, agregando dos cuerpol laterales para convertirlo en hotel y adoptando el nombre que hoy lo identifica.
El conjunto presenta una volumetría articulada en la que se destacan la torre mirador, revestida en piedra y singular portal de acceso sobre la esquina, enmarcado con columnas salomónicas y gran profusión de elementos pétreos de elaborada talla, precedido por una escalinata del mismo material.
Declarada de Interés Patrimonial por la Ordenanza 10075, la obra mantiene una relación armónica, hoy en riesgo de perderse, con las cercanias de Villa Blaquier y Villa Ortiz Basualdo.
La historia del “Chateau Frontenac”:
Lo construyeron en 1905 y sobrevive penosamente en la esquina de Alvear y Bolívar. Antonio Leloir lo hizo edificar para su esposa Adela Unzué en 1907 y la tarea recayó en Adán Gandolfi, uno de los constructores más renombrados de su época.
Originalmente se lo conoció como Villa Kelmis o Chalet Leloir y durante sus tiempos de residencia veraniega experimentó dos modificaciones practicadas por los arquitectos Alejandro Bustillo y Julio Barrios.
Al promediar el siglo XX fue vendido a la familia Manzorro que decidió explotarlo como hotel. Fue así como nació el “Chateau Frontenac” y para ello hubo que practicarle nuevas modificaciones, incluyendo la construcción de dos grandes edificaciones laterales para las habitaciones.
Al promediar el siglo XX fue vendido a la familia Manzorro que decidió explotarlo como hotel. Fue así como nació el “Chateau Frontenac” y para ello hubo que practicarle nuevas modificaciones, incluyendo la construcción de dos grandes edificaciones laterales para las habitaciones.
El hotel cerró en 1980 pero el “Chateau Frontenac” siguió funcionando hasta 1994 como sala de fiestas y eventos. Sin dudas, la relación afectiva de los marplatenses con esta histórica edificación se fundamenta en recuerdos de fiestas de egresados o casamientos que se realizaban en sus hermosos salones y que permanecen grabadas en la memoria colectiva.
Desde hace más de 20 años se encuentra cerrado y sufre un constante deterioro que avanza a la par de la incertidumbre sobre su destino final.
El Chateau Frontenac era un hotel de lujo y una de las joyas arquitectónicas de Mar del Plata. El emblemático edificio de la esquina de Alvear y Bolívar cerró en 1994 y hoy es la postal del abandono y la desidia.
Vecinos de edificios aledaños al Chateau Frontenac, que es patrimonio de la ciudad y fue comprado por una empresa privada, reclaman la puesta en valor del chalet.
“El estado es deplorable. No solamente el patrimonio histórico sino las calles aledañas. No se puede transitar, hay basura,
mugre, pastizales, animales, todo el mundo pasa y tira algo. Las veredas y la estructura totalmente rota”, dijo una vecina de la zona.